Miedos

Qué lindo tema para charlar, ¿no? Y nadie quiere admitir que los tiene.

Hace no demasiado tiempo comencé un proyecto nuevo, arranqué con una profesión que me encanta, que me apasiona, y que me hace muy bien. Ayudo a la gente, la educo de una manera, busco solucionarle el futuro desde el presente. Al menos intento allanarle uno de los caminos que hay que tomar. No es fácil, en un país donde la desconfianza está ahí, y donde el deseo del placer inmediato cobra cada vez mas valor, se olvidan del futuro. Algunos por temor deciden no pensar en él, sucede. Este trabajo, así como me entusiasma, choca fuerte con un miedo terrible que tengo, el miedo al rechazo. Lucho día a día para superarlo, lentamente lo logro, primero de a un escalón a la vez, luego de a dos, al trote, hasta que podré subir la escalera corriendo, de dos en dos.

Todos sentimos miedo, todos tenemos ese chucho, ese «je ne sais quoi» que nos sube por la espalda cuando comenzamos algo nuevo, o cuando pensamos en arrancar con ese algo nuevo. Cada proyecto, emprendimiento, o como quieran decirle, viene con su temor intrinco, que se lo ponemos nosotros.

Y se supone que el miedo es un mecanismo de defensa, una emoción que aparece cuando la persona percibe un peligro, real o no. Dicen que es normal y beneficioso, pero claro, lo es cuando la amenaza está ahí, nos ayuda a reaccionar de manera veloz para preservarnos.

Si no tenemos miedo es porque no estamos haciendo nada interesante con nuestra vida.

Pero el problema aparece cuando tenemos que perseguir sueños, ¿qué hacemos ahí con los miedos? Lo lógico es tirarlos a la basura, bah, lógico, no hay demasiada lógica ahí; sabemos cuáles son nuestros miedos, los tenemos más que claros, al fin y al cabo, son los que nos impiden avanzar a la velocidad que quisiéramos. ¿Pero, podemos tener miedo de tener miedo? ¡No, para eso ya tenemos miedo! Siempre vamos a anhelar querer superarnos, pero si esta disminuido por el miedo que podemos tener entonces perdimos. Que nuestros sueños superen a los miedos, que sean cada vez mas grandes, a mayor tamaño del sueño, más fácil de superar el miedo.

Si vamos tras sueños pequeños, es muy fácil ser superado por miedos, aunque también nos puede servir como catapulta para lograr cada vez algo más grande.

Hay una relación entre el miedo y las ganas, y las ansias, nos animamos a hacer algo porque hay una necesidad insatisfecha. Tenemos que realizar algo.

 “Los obstáculos te parecerán grandes o pequeños, dependiendo de si vos sos grande o pequeño”. Orison Swett Marden.

Hoy en día ya creo haber superado parte del miedo que me genera mi nuevo trabajo. Creo que estoy en ese momento donde comienzo a, en vez de calcular cuánto levantar el pie para llegar al siguiente peldaño, directamente levantar la rodilla para que mi pie pase la linea y llegue a destino. Sé que me falta, pero ya di el primer paso.

Es claro que me falta muchísimo para poder sentirme satisfecho con el progreso realizado, pero no por eso no abrazo lo que conseguí hasta el momento. Es más, en dos semanas comienza algo nuevo, un perfeccionamiento, voy a poder seguir mejorando para alcanzar el progreso deseado, por más piedras que se me pongan en el camino.

Pero así como pude superar el miedo inicial, sé que otros podrán hacerlo. No nos debemos sentir inferiores a esos temores, no tenemos que crearnos unos que no existen, ya con esos tenemos suficientes.

No nos demos por vencidos, no nos dejemos superar, somos más que esos miedos.

Deja un comentario